martes, 23 de febrero de 2016

Herniorrafía inguinal Laparoscópica

La aparición de una hernia se da por el debilitamiento de las capas internas del músculo abdominal, generando un abultamiento o un desgarro. Entre sus consecuencias se encuentra el dolor severo o la necesidad de realizar una cirugía urgente. La hernia se puede presentar en hombres y mujeres, en algunos casos es congénita (de nacimiento) o  bien, puede irse desarrollando a través del tiempo. Es importante mencionar que requiere atención prioritaria, pues no desaparece por sí sola.

Los lugares comunes de aparición de hernias  son la ingle (inguinales), el ombligo (umbilicales) y el sitio de una operación previa (incisionales). Sus causas pueden responder a la realización de un gran esfuerzo sobre la pared abdominal, al envejecimiento, a una lesión, a una vieja incisión o a una debilidad presente desde el nacimiento.
El tipo de hernia inguinal se caracteriza por presentar pequeñas bolsas que sobresalen de la ingle. Estas se tejen en un punto de debilidad, es decir, en la intersección de los músculos abdominales.

La herniorrafía inguinal por vía laparoscópica se diferencia de la cirugía convencional por abierta, en que se realizan tres pequeñas incisiones menores de un centímetro, en lugar de una de 8 a 10 centímetros. Entre las ventajas de la primera se encuentra la reducción evidente del dolor posoperatorio, el retorno rápido a las actividades laborales y una menor cicatrización.

La herniorrafía inguinal laparoscópica presenta múltiples beneficios para el paciente, entre ellos se destacan los mínimos riesgos de infección y la poca probabilidad de que, nuevamente, se presente otra hernia, además el cirujano también puede estudiar y reparar una segunda hernia encontrada en el lado opuesto. Este procedimiento debe ser realizado por un cirujano experto en vía laparoscópica que cuente con suficiente conocimiento.


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